14 de diciembre de 2008


Rumbo destino

Olvidado, maquinando en las sombras, obsoleto. Planeando su encuentro, su rescate. Acurrucado en las sombras, sobresaliendo de ellas. Islas de agrietada soledad, de abandono. Espera altivo en su lugar, aquel que siempre fue, donde es bañado de luz y calado por las sombras. Erosionado por las sombras del corazón y florecido por la luz en la piel. Y en un rincón, estático, se queda vacilando y después divagando en porqué su sino era ése y no otro, uno lejos de todo... Luego de un rato llegaba a la conclusión que el olvido le traía en cada crepúsculo, y en cada ocaso; ya se encontraba en ese su otro sino.