31 de diciembre de 2011

Antes que 2011 sepa que ha muerto

El ciervo desahuciado - Felicitación

No hay más que decir que...
Sayonara 2011.

25 de diciembre de 2011

5 de diciembre de 2011

27 de noviembre de 2011

En un concierto hace ya unas semanas: Vetusta Morla

Hace unas semanas tuve el gusto de ir a ver a un grupo que conocí estando en México, siendo ellos de España. Ellos eran, y son, Vetusta Morla. Una banda independiente, unos outsiders dentro del mundo comercial de la música. Es la clase de banda que no sé cuanta acogida han tenido, pero por llegar en el momento en que llegaron a mi vida, son especiales. Ya el año pasado me quedé con las ganas de verlos, pues mi antiguo e ingrato pero muy bien remunerado empleo me tuvo literalmente esclavizado.
Ahora como hombre libre, me di el gusto de ir a verlos en una de las mejores salas de conciertos (por la acústica) que pueda haber en toda la Cd. de México.

Sobre el concierto, excelente, eché en falta algo más de eso que llaman feeling y alguna que otra canción más, pero si apartamos esas simples exigencias mías, estuvieron sublimes.

Más incapié en su último disco, consiguieron que escuche con más agrado el nuevo material.

Ahora las imágenes y algunos vídeos del concierto en El Plaza Condesa, en la capital de la república mexicana.
 
Así o más resplandecientes.

El cantante en casi ningún momento cantó solo.
 
Tenía al guitarrista justo en frente, y he de decir que Chapeau!
 
 El otro guitarrista estaba en la otra punta, pero tenía el teclado en mi lado.
 

Y también el bajista estaba de mi lado. Aunque ese no paraba quieto.


Mi mayor crítica va para los pesados de los fotógrafos. Siempre en medio.


Acá una de las múltiples agarradas de micro del vocalista.

Y el espectáculo continuaba e iba para arriba.
 
Momento terapia antiestrés: Bidón de gasolina vacío.

 
Y qué a gusto se quedaron...
Si hubiéseis visto cómo quedó el bidón...

 
La danza de calentamiento previo al ejercicio antiestrés.


 Aquí todos tocaban el teclado.


 Siempre que atenuaban la luz es porque iban a cantar una de sus clásicas.

Y yo aprovechaba para tomar alguna foto más de cerca.
Tanto del vocalista...

...como de bajista y guitarra.

En consecuencia, sublimes.
-Ovación-.

Ellos fueron Vetusta Morla, mi primer concierto. El siguiente será en febrero con mi estimado amigo Dani (por cierto, me tardé pero aquí está la reseña y las fotos) en Barcelona, ya si todo va bien, mi nueva ciudad de residencia.

25 de noviembre de 2011

Androginia

Androginia

Somos una vía de escape simple como una autopista. Un punto negro, una entrada, un desvío, una salida...

El término de androginia fue empleado por primera vez por Platón en "El banquete".
Las pláticas tórridas también nutren al arte.

23 de noviembre de 2011

Las edades de la inocencia


Tengo una alopecia localizada. Lo cual me frustra enormemente, más que nada porque cada vez la noto más grande. He leído que se debe al estrés, y justo empezó a aparecerme cuando renuncié a mi trabajo, debe ser que me salió todo al salirme de ese lugar... El caso es que hace casi dos meses de eso. Según lo que leí el vello volvería al recuperar la serenidad, no sé. Me gusta pensar que está peleando por salir el niño hay en mí. Visitaré al dermatólogo si veo que la cosa no mejora.

Cris

MP13 Cristina

Perdidos en la inmensidad de nuestro ser. Náufragos en nuestro pequeño bote de cordura. Siempre hay una tormenta perfecta que nos ahoga en la desesperación. Sólo queda esperar el despertar en una varada isla desierta que navegue por océanos mitológicos y lejanos.

Hacía más de un año que no dibujaba así, y Cris fue mi mejor excusa. Un retrato para alegrar al corazón, para navegar por la soledad.

20 de noviembre de 2011

Eternal sunshine of a Fhil's short life


Desde hace un tiempo hasta hoy creo que he sufrido (y aún sufro) un severo ataque de vanidad y narcisismo acentuado, más de lo habitual. Lo reconozco, eso me hace culpable de algo que no es malo si se lleva con cordura. El caso es que tras que me volvieran a robar el portátil, recuperé las "auto-"fotos de un respaldo y me dije que sería muy divertido colocar en serie todas las fotos que me tomaba antes de llegar a una que me agradara.
¿Ejercicio de humildad? ¿O es más vanidad?
Me da igual, simplemente son bytes muertos en mi CPU que no se podían desaprovechar.

Me inspiré en un capítulo de los Simpsons que a su vez se habían inspirado en un vídeo de Youtube de un tipo que se tomó fotos a diario durante seis años o una cosa así.


Título: Eternal Sunshine of a Fhil's Short Life 
Actor: Uno mismo 
BSO: Everyday de Carly Comando
Productor: Puebla366 Studio 
Duración: 1:47
Año: 2011

En seis: Oswaldo

Monstruo era tan guapo que espantó.

En seis: Cantos

Bebió tanta agua, que salieron sirenas.

En seis: Epicidad

La hormiga le ganó seis retos.

En seis: Soñadero

Corrío. Saltó. Cayó. Despertó. Mojó.
Castigado.

En seis: Deconstrucción

–Tenemos que hablar.
Y se besaron.

16 de noviembre de 2011

Cemcalacasúchil

Cemcalacasúchil

Cemcalacasúchil era el Mauricio Garcés de panteón. Deambulaba entre cripta y cripta calando hasta los huesos a las damas del lugar. Ayudándose de su floreada melena, tributo de sus conquistas en vida. A la cual recurría cuando alguna doncella se le resistía, era entonces que se acercaba cuidadosamente con su hueca mirada, estiraba su mano y de su cabeza lanzaba su flecha de amor de ultratumba, un cempasúchil. Por ello, Liborio, fue apodado como Cemcalacasúchil. Todo un dandy calavera.

*Hace dos semanas que quería hacerla, de hecho era para déa de muertos aquí en México, pero la carga de trabajo me ha tenido totalmente inhabilitado. Ahora, harto de trabajar me decidí a darme un descanso y a sacarme las ideas pendientes de la cabeza.

9 de noviembre de 2011

Volver a revolver

Se metió el revólver en la boca, encañonando a Dios. Cerró los ojos. Iba a revolver sus sesos, con la esperanza de recobrar la cordura. Iba a volver a ser quién era. El chasquido se llevó el protagonismo. La bala surcó la cavidad craneal, buscando algo que volar. Salió disparada matando a Dios. Sonrió, dejó caer el revolvedor y se echó a reír con la mitad de su cabeza tomando el fresco. Se acababa de dar cuenta que no podía revolver en donde no había nada. Se terminó durmiendo sonriente, sabiendo que hacía mucho que había perdido la cabeza.

7 de noviembre de 2011

¿Tuquitumí?

-¡Eh, tú! Estás en mi ventana. Vete.
-Yo no le veo el nombre por ningún lado. Vete tú.

-¿Cómo? ¿Tuquitumí? ¿Tuquitumi?
-¡Toma!

-¡Aaaaaaarg! ¡Maldito hijo de sardina!

Sólo es tiempo

El hombre tiempo

El tiempo, la constante erosión del mundo. El jardinero que cuida de la tierra. El proveedor de necesidades. Cae sobre el hombre. Sobre el mundo. Sobre la muerte a la que le da la vida. Porque el tiempo es vida, y la vida tiempo.
El pulso latente del cosmos. El pulso latente de una caricia.
Somos el tiempo y el tiempo no tiene orden, sólo es tiempo.
Sólo es vida.

6 de noviembre de 2011

El reverso de la vuelta

La vuelta había sido larga. No recordaba cuando la inició. Aún dudaba, de hecho, si en realidad la había iniciado. Pero había vuelto. Aunque en verdad su viaje no había ni empezado aún, él ya había viajado en el tiempo, había cruzado el cielo sin percatarse de las estrellas, cruzó el mar y descansó. Viajó tanto que ni tan siquiera estaba a punto de zarpar, ni tan siquiera era el momento de partir.
No obstante, su determinación no dejaba espacio al destino. Y sus días pasaban con el sabor amargo de la despedida. Con los seguidos ires y venires que le caracterizaban, inconstante, volátil. Volar. Así se encontraba Roland, que en las últimas semanas sus actividades sociales se habían disparado. Todo era un favor por ahí, una cerveza allá, unos besos por aquí y todo lo demás le quedaba por acá. Sin darse mucha cuenta, Roland, había dejado de comportarse de forma regular. Su mente, ya en un viaje, se había despojado de las obligaciones morales impuestas por la sociedad y era, nuevamente, libre. Esta libertad conferida por su situación no le hacía otra cosa más que permitirle ser él mismo y así su personalidad, libre y a flor de piel, disfrutaba con los demás y por consecuencia, florecía. Era libre. Era libre porque se marchaba, iba a partir y poco le importaba el resto del mundo más que el suyo. Poco le importaba ahora ya, a Roland, el amor o el quedar bien con los demás. 

Los días pasaban cada uno distinto al anterior. Y su personalidad cada vez se hacía más atractiva para los demás. Por ello había conocido a mucha gente y en él algo le empezaba a inquietar. Le inquietaba la mirada felina de tez morena. Le inquietaba. 

Tanto tiempo de viaje y justamente ahora, empezaba a vacilar. Las cosas nunca le salieron como lo había planeado. Y en muchas ocasiones había tenido que planear un no plan.
Nuevamente, se le volvieron a truncar las cosas. Su mirada le hería más allá de sus ojos y razón. La tenía atrapada en su mente. Y se preguntaba el porqué de su desdicha. Se cuestionaba por el valor de la cosas, por el peso de lo que no es medible. 

Roland, quisquilloso y soñador, se encontraba partido. Partida su razón y su corazón, y estos también se encontraban partidos entre sí. Tenía que decidir, ser fuerte o débil. Ser lo que esperan de él o ser él mismo. Y entonces se preguntaba: "¿Para quién vivo?". "¿Vale más mi felicidad que la que pueda yo dar a los demás?".
El rostro se le tornó sombrío, porque el corazón, después de años le volvía latir. Pero eran latidos de un desesperado corazón que gritaba al partir, para no ser olvidado. Para no ser abandonado. Para no ser desterrado.

4 de noviembre de 2011

17 de octubre de 2011

6 de octubre de 2011

Love is in the air

 
Con el otoño no sólo muere la vida, por lo que he ido observando en estos días, también muere la soledad.
*Título de la foto: Avistando nuevos corazones.

4 de octubre de 2011

Instantáneas de Septiembre

Mr. Jagger


No todos mis mejores amigos son bípedos.
¿Ustedes creen que Jagger y yo tenemos los mismo ojos?
Dejen su comentario al respecto.

21 de septiembre de 2011

¡Sólo son 28!

El pasado siete de septiembre fue mi cumpleaños. Y redescubrí lo que ya sabía de sobra, que mis amigos son la hostia. Unos cabroncetes, pero la hostia. ¡Qué cracks!

Esa medianoche, cuando vi el vídeo, sólo podía decir: "¡Qué cabrones!" con la boca abierta del asombro.

De izq. a der. Santi, Dan, Elena, Dani y Meritxell (la videocámara).
Todo un friends dream team.

No sé qué vayan a opinar los artífices del vídeo de que lo publique, pero me da igual. Estos son los felicitantes, debo agradecer a una desconocida que también se esforzó, sin conocerme, en dar el callo por el vídeo. Gracias chicos y chicas.

Esta gente sí hace que me empiece a pensar las cosas :-)
Besos y abrazos gente.

17 de septiembre de 2011

Cosas que...


...enamoran.
Otro año más y que no falte.
Gracias Inés :)

9 de agosto de 2011

Ósculo

El verano corría por sus venas. Eran jóvenes. Pleno mes de Julio y el calor se había instaurado tanto sobre ellos como en ellos. Alberto era algo mayor que ella, o quizá debería decir que Sandra era algo más joven que él. La noche hacía horas que ya había consolidado su reino, y ambos, acariciando la madrugada, iban paseando juntos por el paseo marítimo, frente a los restaurantes junto al puerto deportivo infestado por barcos, yates y llauds. Alberto empujaba con su enjuto cuerpo la moto de baja cilindrada mientras que Sandra lo acompañaba hablándole y sonriéndole constantemente. Habían estado tomando varias cervezas hasta que les echaron del local y les puso rumbo a su casa. Iban a buen ritmo, pero las cervezas a él, bebedor novato para impresionarla, le habían hecho mella y a poco más de la mitad del camino le pidió descansar un poco, justo en la mitad de una explanada. Alberto le puso el pie a la moto y se sentó encima. Sandra se reía de él. Alberto estaba algo afectado por el alcohol, pero estaba lejos de sentirse ebrio o incapaz o tan siquiera inconsciente de lo que sucedía, sin embargo desde donde estaba sentado observaba a Sandra con su piel tostada por el sol, su pelo moreno y sus ojos entrecerrados y coquetos, entonces se percató que no estaba borracho, no obstante se dio cuenta que se había enamorado sin darse cuenta.
Sandra, desde algo más abajo veía a ese chico flaco y sin chiste pero hiperactivo y parlanchín. Le hizo gracia. De pronto, sin mucho qué hablar de por medio se fueron acercando furtivamente, tan sutil que cuando se vieron juntos no supieron cómo fue, para ese entonces ya no sentían ninguno de los dos los efectos de esas cervezas coartadas. De pronto, ya no hacía calor y no querían separarse. De pronto, Sandra fue acercándose a Alberto lentamente hasta que lo besó.

Ese fue el primer beso de Alberto. Sintió los labios de Sandra acariciando los suyos, lentamente, él también. Para Alberto era tan nuevo todo que sus sentimientos no tuvieron lugar en ese momento, estaba analizando cada sensación, cada movimiento, cada invasión. Su corazón iba acelerado. Él respondió al beso como mejor pudo, imitándola, si iba lenta él iba lento, si en cambio iba rápida él iba rápido. Así durante un rato, cuando sus labios ya se habían reconocido, sus bocas se abrieron y entró en escena la lengua. Aún más desconocida para Alberto, empezó a recorrer su boca en busca de su símil. Por la cabeza de Alberto pasaban decenas de pensamientos, cientos si hablamos de los que no era consciente, no entendía el valor real del beso. No entendía el valor de los roces de tejidos epidérmicos y saliva, sin embargo él quería estar a la altura y le siguió el juego. Sandra le estaba educando sin saberlo. Estuvieron un buen rato besándose, o lo que Alberto aprendió lo que era besar. Estuvieron tanto rato como las llamas del incendio se extinguieron, y como tal quema las brasas y los humos ya en extinción fueron los pequeños besos que los fue frenando, que los fue separando. Con el corazón sobrecogido se miraron con una sonrisa contenida y una mirada cómplice.

Reanudaron la marcha. El viaje de vuelta fue zancadilleado por los furtivos besos que se robaban mutuamente. Finalmente llegaron frente a la casa de Sandra. Se despidieron con otro beso y ella se introdujo con rapidez involuntaria en el chalet y se metió en la casa, no sin antes voltearse y sonreírle. Alberto inició el largo camino a casa.

Esa noche se durmió contento, se durmió ansioso.
Al día siguiente, sin pensarlo, dio su primer beso a Sandra.

8 de agosto de 2011

A tientas

Regresamos a La Habana invadidos por la oscuridad. Tras haber resistido al huracán Dennis, volvimos. Llenos de incertidumbre, atravesamos la espesa negrura con sabor a ron. Vagas fueron las indicaciones que con desorientados pasos supimos seguir. Atravesamos un garaje vacío acompañados por una señora alegre y cautelosa, estaba infringiendo la ley. En medio de la oscuridad vislumbramos la tenue luz de una candela. Hacía calor, nuestros cuerpos sudaban, quizás por la carga de nuestras mochilas o tal vez por la acentuada humedad. La cálida luz iluminaba el rostro de una niña. Pasamos por su lado saludándola, nos sonrió. Estábamos atravesando la sala de estar que daba a una escaleras y a la entrada principal, de ésta última se escuchaba una guitarra y un ajetreo festivo. Sin embargo, subimos las escaleras. Nos separamos en dos habitaciones y nos acomodamos.

Al poco rato, y con ropa fresca nos encontramos en la escalera. En la indefinida oscuridad descendimos sujetos a lo que intuimos, era una balaustrada. La música, que procedía del exterior, fue nuestra guía. Finalmente, atravesamos la sala de estar y cruzamos la puerta. Tras la oscuridad, luz. Nunca antes unas pocas velas habían iluminado tanto un espacio. Y desnudos de oscuridad, nos vieron todos. Y todos nos miraron.

Ese instante, que fueron segundos, no existió silencio incómodo o murmullos desagradables. Tan sólo los acordes de una guitarra y una voz melódica y de autor con regustos mediterráneos. Fuimos invitados a compartir, y así lo hicimos. Nos invitaron a ron y a platicar, porque hablar en esa situación era ya demasiado vulgar, y porque en Cuba, no se habla, se platica.
Cerca nuestro había un alto y escuálido tipo inglés que bailaba con muy descoordinada gracia, lo que pretendía ser salsa, con una joven. Me pareció bien. La música se detuvo, y el tipo de la guitarra nos preguntó varias cosas, ahora no recuerdo bien el qué. Conversamos poco rato, y sin poner resistencia volvió a raspar la guitarra. Y en la oscuridad: “Cuando se vaya la luz mi negra...”. Fue entonces cuando lo comprendí todo. La gente acompañaba a su músico en las letras. Y yo, y creo que todos los que estaban conmigo, mirábamos creo que emocionados, la escena. Tan sólo podía seguir con mis ojos al sujeto mal definido y a su son con mis oídos. De pronto, y sin darnos cuenta bailábamos con un mechero, tranquilos y ligeramente sinuosos, dóciles. Al terminar la canción, tuvimos un blues, la oscuridad y el silencio.
Ya era tarde. Decidimos y a dar una vuelta y tomar algo por ahí. Nos despedimos con cortesía y alegría, para no ser menos, para no hacer el feo. A tintas, y alejándonos de la la tenue luz, alcanzamos la calle. Mejor indicados atravesamos la calle y descendimos hacia el Malecón. Perdiéndonos así, en la negra mulata que es la verdadera noche cubana; que sólo a tientas y con manos exploradoras consigue uno orientarse en ella.

Este texto, lo debía desde hace mucho, a mí mismo. Quizás lo vuelva a revisitar y le haga unos arreglos o lo amplíe. La memoria y el romanticismo es selectivo. Haciendo justicia a este post.

2 de agosto de 2011

Recuerdos que son olvido; y luego: la nada

Así fue cómo Lucifer entró en mí, y me sacó lo poco que me quedaba de dignidad, y de corazón. Me lo quitó todo, y me quedé vacío. Ése fue el último recuerdo que me dejó Lucifer; para irse tan lejos que ni mi adicción a ella la podía, siquiera, alcanzarla. Ya no tengo su adicción ni a ella, pero aún así todavía me sorprendo buscándola en vano por las cuevas de la perdición y el pecado. Esa es la huella que deja Lucifer. Para nosotros ya no hay salvación, pues estamos vacíos.

El destino, al saberse, se suicidó


El eterno estertor de un destino en el que no creo.
¿O acaso es el estertor y eterno recuerdo de un incrédulo y burlón destino?

28 de julio de 2011

Las desinversiones exitosas

IESE Insight - Desinversiones exitosas

Esta ilustración, ya hace unos meses que la hice. Fue para la revista IESE Insight, de Barcelona,sobre economía. La verdad es que cuando el bueno de Santi me lo propuso no vacilé, cuando sí lo hice fue cuando me dijeron lo que tenía que ilustrar. Desinversiones exitosas fue el nombre que me dieron como referencia a un artículo que aún no estaba escrito. Total, tras varias propuestas basado en sus peticiones aceptaron la que menos me gustaba, obviamente, dentro de las que me gustaban, claro. Cosas que siempre pasan en estos casos.

Como no sé si puedo publicar algo más, página en la que parece y esas cosas, por lo del copyright. Tendréis que conformaros con eso, y los que puedan conseguir la revista ahí me cuentan. En lo personal quiero creer que se verá mejor impresa que en pantalla, así me pasó cuando la imprimí para mi libreta de trabajo.

Le tengo que dar las gracias a Santi por pasarme el trabajo :-)

27 de julio de 2011

La oscuridad

 Cuando la luz se apaga, la oscuridad enciende al mundo.

25 de julio de 2011

El reencuentro de un beso

Se cruzaron por la calle después de varios años tras su último adiós. Ambos avanzaron varios metros y se detuvieron, volviéndose a la par. El asombro fue mutuo, pero grato de cualquier modo. Sonrieron. Él, observó que seguía igual de bonita que siempre y se lo hizo saber. Ella le dijo que lo veía muy cambiado. Él respondió que su viaje había resultado muy duro, que la soledad le había curtido. Ella le miró con pena y admiración. Él sonreía con un rostro que ya no era como el de aquellos tiempos. Ella le dijo que quería hacer algo, pero temía hacerlo. Él, con su sonrisa y su rostro tranquilo, dijo que lo que fuera por lo que fueron, que no temiera. Ella le sonrió, se acercó y lo besó. Él la besó. En ese instante, el tiempo se detuvo. Todo se detuvo. La gente dejó de andar y se quedó admirando la escena. Los autos se detuvieron. Las palomas y gorriones comentaban desde las ramas de los árboles y los salientes de los edificios. El beso lo inundó todo. El calor se esparció por el mundo. Detuvo el tiempo, y las guerras, y las discusiones, y los llantos, y los despidos, y las crisis. El beso se hizo con el mundo. Y lo que el mundo recuerda, es el despertar abrazado de él con su mano en el vientre de ella, y de ella el calor del cuerpo de él protegiéndola.


Esto se me metió en la cabeza y no había forma que me dejara dormir. Quizás no quería que se fuera. O quizás no quería irse  sin dejar su huella. No tengo idea de nada, sólo sé que tengo insomnio y después de haber escrito esto, aún no se me ha ido... Algo en mi cabeza no anda bien.

24 de julio de 2011

Autopsia de un guayabo

No había disparado el revólver, pero sus sesos estaban desparramados por toda la estancia desde hacía rato.

20 de julio de 2011

Ginger y el pez globo

Ginger y el pez globo

A Ginger ya pocas cosas la lograban sorprender.

A sus trece años disfrutaba subir al tejado y sentarse a observar el mundo, cerca del mar. En la distancia podía ver su mundo, el que ella entendía como normal, sólido, imperecedero. Prefería subir en las mañanas que en las tardes, decía que el mundo es más bello cuando le ves abrir los ojos y limpiarse con el agua del rocío.

Sentada, mirando alrededor de la colina en la que se encontraba su casa, la zona más alta de la ciudad, veía como todo se abría al mundo como las flores en la mañana.
Así, poco a poco, se empezó a despertar su universo. El cielo acuoso empezaba a aclararse, a abandonar los tonos azules oscuros de la noche por otros más claros caminando hacia los turquesas. Y lentamente los peces celestes comenzaban a surcar los mares del cielo. El sol, limpio, salió de la oscuridad de la nocturna mar y empezó a repartir su calor erizando las mejillas de Ginger. Ella se las acarició y sonrió.
El propio vapor del sol producía centenares de arco iris multicolores que se extendían sobre el ancho y vasto mar, más aturquesado por momentos. La ciudad y sus habitantes despertaban abriendo las ventanas de sus casas o estirando los brazos hacia el cielo recibiendo el nuevo día desde su balcón.

Poco a poco las burbujas que velaban la intimidad de las casas se rompían y de ellas surgían las personas que en ellas habitaban. Y como era costumbre, por ser verano, esposos de sus esposas salían a trabajar, hijos de sus madres salían a jugar, hermanos de sus hermanos salían a hacer los recados, las novias de sus novios se despertaban al verse en la cafetería, y así todos empezaban su día.

El cielo ya se encontraba totalmente turquesa, era alrededor de mediodía, y éste ya se encontraba lleno de todo tipo de habitantes del mar-cielo: cetáceos, siluros, vivíparos, carácidos, anabántidos, cíclidos, y varios centenares más. Ginger miró hacia arriba. El cielo estaba a un palmo de su nariz, llegados a ese momento siempre recordaba porqué las casas no podían tener más altura. Se quedó atónita, como siempre, mirando el cielo-agua. Mirando su reflejo, esperando en vano que le cayera, aunque fuere, una sola gota. Nunca pasó. Al salir de su absorta mirada se descubrió siendo absortamente observada por un espantado pez globo. Ninguno de los dos se movió. Finalmente el pez se relajó, quitó su cara de espanto, que era realmente lo que tenía tensa a Ginger, y la sonrió. En el mismo acto se acercó a la tierra para comer algo de plancton.

Ginger se quedó unos segundos mirándolo, pensativa. Despertó de su pensamiento con una sonrisa de idea genial.
Comenzó a deshilachar un hilo de su suéter, que le andaba molestando desde hace unos días, procurando esta vez de no romperlo, tratando así conseguir la mayor cantidad posible. El pez globo se quedó mirando con curiosidad. Con el hilo en las manos se enderezó e hizo algo que nunca nadie había hecho: metió las manos en el cielo-mar.
Era agua, el cielo, definitivamente, era agua. El pez globo, sin razones para asustarse, se quedó mirando expectante. En lo que Ginger con cuidado y picardía anudó el hilo a la cola del pez globo, éste al notarlo se infló con cara de espanto pero sin sacar las espinas. Ginger sonriente sacó las manos del cielo, y al tenerlas nuevamente afuera se percató que ya no existía la sensación de la cálida humedad, de que sus manos y brazos estaban completamente secos. Ello no la distrajo mucho y miró al pez globo sonriente tomando todo el montón de hilo que había podido reunir en la mano. Se sentó nuevamente.

En la distancia, en las afueras de la ciudad podía ver a un grupo de chicos y chicas de su edad formando un círculo entorno a algo. Ya cansada, y habiendo visto ya el despertar del mundo, se dirigió hacia allá con su pez globo tomado de un hilo.

Todos vieron llegar a Ginger con hilo que se elevaba hacia el cielo-mar, y entre exclamaciones y asombros se distinguía al pez globo. Pronto salieron de su sorpresa y le pidieron a Ginger que fuera a ver lo mismo que ellos miraban.

Ginger, con calma, se abrió paso entre la gente hasta llegar, finalmente, al centro del corro que se había formado. Un fino hilo de agua caía del cielo-mar a tierra y creaba en el suelo un patético riachuelo. Ginger, se encaró al evento y puso la mano sobre el chorrito de agua. Era la misma sensación que cuando anudó al pez globo. Al retirar la mano, ésta estaba seca de igual forma que la última vez. De repente el ruido de una enorme burbuja de aire se introdujo en el cielo-agua, y acto seguido el chorro de agua comenzó a aumentar de tamaño y en cantidad. Todos los presentes, alarmados, salieron ahuyentados por el evento. Ginger se quedó. Empezó a notar cómo, lo que era el patético riachuelo ahora ya era algo mucho más grande que la mantenía en tierra y alejaba su cielo-mar de ella. Apretó con fuerza el hilo entre sus dedos, pero el pez globo también estaba asustado y el cielo-mar se lo llevó.
Ginger se quedó mirando desconsolada cómo su mar de agua se alejaba más rápido de lo deseado. Y con el su pez globo, llevándose con él toda su inocencia.

Con el agua por las rodillas, se arrodilló abatida y unió sus lágrimas con el río que sería su vida.

16 de julio de 2011

La timidez de la belleza

La noche era cerrada, tanto, que los helicópteros, en vano, buscaban a la luna sobre el impenetrable cielo con sus focos de juguete.

13 de julio de 2011

Veranos

Saltó, y las niñas salieron corriendo.

11 de julio de 2011

El sueño de Federico Trujano y las mariposas

Federico Trujano tuvo un sueño.
Era verano, se encontraba en un tiempo futuro, cuan futuro no lo recordaba. En el sueño se encontraba en un claro, en una pradera que era también una playa. De repente sintió un nudo en el estómago y acto seguido le empezaron a dar arcadas, no obstante su cuerpo no se movió ni arqueó, sino que miró al cielo y empezó a vomitar cientos o miles de mariposas monarcas, apolo, macaón, de todo tipo, de todos los países. Cuando hubo sacado la última de todas de su estómago, ya vacío, cayó arrodillado. Respirando agitado y babeando, por el esfuerzo, empezó a apretar con gravedad su muñeca, después su antebrazo hasta terminar en su brazo y hombro con un dolor de mil finas agujas clavándose. Federico Trujano sufrió en ese momento un ataque al corazón. En ese mismo sueño, y como respuesta al dolor, con el torso al aire se abrió el pecho con sus propias manos y acto seguido se sacó aquello que le impedía estar bien. El corazón.
Dos días después, Federico Trujano, despertó en la cama del hospital con un marcapasos como corazón.

4 de julio de 2011

Geisha Hipster

Geisha Hipster
Pasa con el tiempo que las cosas dejan de verse menos grises. Esta ilustración es un ejemplo de ello. Esta ilustración, soy yo, bueno metafóricamente hablando, claro. La imagen en cuestión fue hecha para algo que al final no surgió (cosa que me emputó bastante por el hecho de que era un proyecto del estudio en el que trabajo y a la cual le invertí de mis horas libres para entregar a tiempo), así que decidí terminarla con mi acabado personal, luego me informaron que se iba a emplear para otro proyecto (no me gusta que hagan esas cosas con mis ilustraciones, pero ya qué) así que con razón de más quería hacer mi versión. Cada vez veo más claro que soy más artista de lo que creía, cosa que me dejó perturbado porque el hecho en sí contradecía mi postura que siempre defendí a capa y espada. Con el tiempo me he vuelto más terco, eso no me sorprende, tampoco me sorprende que cada vez sea mejor en esto de la ilustración para servir a menos de medio tiempo en la tarea. Pero me sorprende darme cuenta de repente. Últimamente estoy pensando mucho en cosas así, aún estoy en el momento de decidir mi camino, y se aproxima el momento de hacer el volado: Águila o Sol (lo que viene siendo, Cara o Cruz). Se aproxima ese momento en el que todos toman la verdadera decisión que marca una vida (yo ya llevo de esas unas cuantas, pero se acerca la buena). ¿Este u oeste?

3 de julio de 2011

Microcuento IV: Amor

Se sacó el cuchillo. La besó, y se marchó caminando hasta donde su cuerpo resistió.

28 de junio de 2011

Si mañana no despertara

Si mañana no despertara, no podría decir que sería un mal día. Y no pasaría nada. La vida seguiría, seguirían cayendo los dictadores y habiendo guerras, mis amigos seguirían sus vidas en no mucho tiempo, su mundo seguiría rodando, y con éste, el cosmos y todo lo demás. Si mañana no despertara, no pasaría nada. No pasaría nada porque he vivido una vida excelente. Igual y no ha sido la mejor vida, pero fue la que quise vivir. He visto muchas cosas, si bien es verdad que nunca serán todas las que hubiera querido que fueran, pero aún así he dejado amigos a mi paso. He amado y fui amado, y a pesar de que nunca se me dio bien, siempre di lo mejor que tenía. He vivido con la intensidad de la juventud, que aún me sobra a raudales. Si no hubiera un mañana, los que se quedan seguirán teniendo una parte de mí en ellos. He vivido cientos de aventuras y penurias, como cualquiera que vive y sufre. Fui fuerte y débil. Me golpearon y yo rompí corazones. He tenido y tengo, y aún sí seguiré teniendo, aunque todos son desconocidos para mí, una increíble familia, que tiene la culpa de que fuese, sea y continúe siendo como soy.  Ellos me enseñaron a amar y a odiar, a dar y quitar, pero sobretodo a perdonar, en especial, las tonterías de la edad, porque cinco minutos no valen todas esas lágrimas y risas. Si no hubiera mañana, sé que pasado mañana, ellos seguirían ahí. Si mañana no despertara, echaría de menos a mi otra familia, a los que traicionaron y perdonamos. Los que están aunque nunca estén. Los que se convierten en hermanos y hermanas sin tener la misma sangre. Si no hubiera mañana, demonios, sí os echaría de menos.
Pero mañana vendrá, y si no viene, mejor dejar las cosas bien claras.

...

Si no hubiera mañana...
Si mañana no despertara...
Sólo me arrepentiría de una cosa: no volverte a ver sonreír.

26 de junio de 2011

T's

La lucha, siempre fue contra el propio individuo. La reivindicación de éste, comprenderlo como el ser único y completo que es, sin fisuras ni vacíos. El alfa y omega de esta consciencia que es el cuerpo único en sí. La lucha, es la contraposición a lo que no somos, un código de barras, incompleto y frágil.

18 de junio de 2011

En un concierto hace ya un tiempo: Mürfila

Desde que tengo esto por subir... ¡Uff'! Han pasado muchas cosas. Pero la verdad es que lo disfruté mucho y me dan ganas de compartirlo, más ahora que no tengo con qué fotografiar o grabar... En fin, el concierto estuvo muy bueno, entretenido, sexoso y rockero y cómo no, en primera fila. Mürfila me gusta, quizá no es por la que me moriría por ver, pero sí tenía muchas ganas de tener la oportunidad. La tuve y fui a su concierto. Muy satisfecho, la verdad :-)
¿Qué más decir? Canciones de siempre, de ayer y de su último disco. Esto fue Mürfila.

Vale, no es una top model, pero la muchacha sí sabe cómo incendiar un escenario.

Se pone sexy.

Se pone a tiro.

Finalmente decide por ponerse dulce.

¡Aparece la cucaracha Andrés!

Super Ü y la cuca Andrés. Todo un dreamteam.

Estelar, ¿o no?

Y que se pone ruda.

¡Quieto todo el mundo!

El concierto se cerró con la proyección del videoclip "Azul y Gris" en exclusiva de la que es en mi opinión, la mejor de sus canciones. Aquí os dejo el vídeo oficial, porque ya no tiene sentido meter el del concierto.


Esto fue Mürfila en concierto.