15 de agosto de 2012

La barrera del eco

Aceleró. Torció la muñeca hasta que la empuñadura no dio más. Quería romper la barrera de su pasado. Atropellar al fantasma que le recordaba su humillación. Atravesar a su figura abatida, dejándose de rodillas. Batir a aquel fantasma, regresar al pasado a toda velocidad para evitar ese momento, extirparlo, atropellarse a sí mismo.
Aceleró para batir la barrera del eco de su pasado. Su corazón se aceleró igualmente, al sentir que lo conseguía. Se atravesó a sí mismo, arrodillado, abatido. Y cuando frenó, volteó, y él ya no estaba pero aún seguía ella, de pie, observándolo.
Cabizbajo comprendió que con ella no podía y se marchó cargando una parte de un pasado que no podría extirpar. Tras de sí se quedó el fantasma de su vano intento.