10 de julio de 2017

Tu cuerpo

Amo besarte. Besarte con tanta intensidad que con mis besos terminara fundiéndome en ti. Ser uno contigo y habitar en esa piel que a veces visito; a veces en sueños y otras con mi cuerpo.

Conquistarte y colgar de tus almenas mis estandartes, ondeando sobre tus firmes laderas. Hasta erigir mi castillo en los prados junto al valle y, por fin, descansar en tu húmeda orilla.
Bañándome con tus besos. Bañándote yo con los míos.

Zambullirnos en tu cenote y de la mano, explorarlo más allá que nunca antes. Y perdernos en el tiempo y la nostalgia. Llorarnos en la melancolía y agitarnos en el pálpito, en las sacudidas de nuestros cuerpos, de un cálido manto blanco que nos amamante y arrulle hasta, de nueva vez, llevarnos a la orilla.

Y desde la virgen costa, alzar la vista y contemplar mi travesía con el respeto y humildad que se merece tan sagrado lugar, que es tu cuerpo.

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