Elva con actitud escéptica ante un caniche del sur
Elva con actitud escéptica, fijó su mirada en los rayos roji-azul-verdosos. Mientras suceden los fotogramas, o en su caso, los frames, otra adquisición surrealista llevada a lo real. Su escepticismo le dice que es mentira lo que ve, que sigue creyendo en sus sueños más que lo que proyecta la luz sobre la sombra. Que sus sueños son más reales. Que los sueños cuando los haces realidad no son ya ni una representación de lo que eran en realidad, que cuando los sujetas a la limitación física de lo que somos incapaces de hacer se convierte en otra basura más. Le avergüenza pensar que la gente lo valora como arte, cuando con ver una película americana en el cine contiene más surrealismo que cualquier caniche del sur. Elva mira en su entorno a otras caras, intenta ver un mismo pensamiento sólo ve caras abstraídas por la Luz. Se ríe, todas son iguales, parecen absorbidas, como si nunca hubieran visto nada igual. Pobres, piensa. No saben soñar. El tic tac de su reloj resulta más emocionante, se imagina a pequeños seres empujando de forma sincronizada los grandes engranajes del tiempo, y sabiendo que cuando uno de ellos se equivoca te regala una porción extra de vida ¿una experiencia? Clak. La luz mata a la luz, las pupilas se cierran de golpe y el verdadero mundo se oculta tras la cortina de una realidad más surreal que cualquier representación manipulada por el engaño. Si capturas un sueño, lo matas.