Algo ha cambiado. Ha pasado mucho tiempo desde que este blog comenzó a andar. Pero resulta curioso, cuanto más tiempo pasa, menos mío parece. No es en lo que debió haberse convertido... Sombras del alba nació por accidente, por el azaroso accidente de que mi hermana me insinuara el hacerme un blog ¿un blog para qué? luego supe para qué, para que fuera testigo de lo que en mi mente se sucedía. Pero ahora mi mente ya no es libre aquí, ya no siento la libertad del anonimato, ni la libertad de expresar mis pensamientos y sentimientos. Ahora que sé de muchas de las caras que me leen. Cuando nació sombras del alba, sólo sabía de su existencia mi hermana y cuatro almas perdidas que se dieron de morros con mis pensamientos, y eso me gustaba, me gustaba la idea de que la gente que leía mis textos no conocían quien los escribía, pero con el tiempo, la gente que conocía me preguntaba y yo pues les daba mi blog, pero nunca estreché lazos con ellos por lo que seguía siendo mi espacio. Pero luego las cosas cambiaron y la gente se daba cuenta de que todo aquel que escribe habla de uno mismo y por ende de todo lo que le rodea. Y empiezan las preguntas, las insinuaciones y de las procedencias del contenido, y es entonces cuando te sientes castrado. No puedo abandonar este blog, es como... soy yo, es o era, ya no lo sé. Pero no puedo mandar al olvido una parte de mí por los demás, no lo permitiré, no permitiré que me amputen este miembro. Por ello he decidido recuperar este lugar, a partir de ahora elimino la posibilidad de dejar comentarios no quiero que la gente juzgue mis palabras, no en este mi espacio. Hablaré de mí, escribiré de lo que siento de lo que he sentido y de lo que sentiré, a veces crudo y sincero, otras muy probablemente ofensivo y visceral. No quiero saber si alguien se da por aludido o no. Quiero que este lugar vuelva a ser mío aunque ello signifique expulsar a los mercaderes de mi templo. A obligaros al exílio. Quiero volver a sentirme anónimo, quiero volver a no ser nadie. Quiero ser las palabras y no quien está tras ellas.
Este es Principio Manifesto.
Fhil