27 de agosto de 2010

Diálogos célebres I

F: Gabo, tengo una incongruencia.
G: ¿El qué? ¿Cómo puedes tener genitales masculinos siendo tan maricón?
(...)

23 de agosto de 2010


Ni los héroes sobreviven a la pubertad...

22 de agosto de 2010

Platos rotos


Después de que te fuiste sólo quedaron las sobras. Los restos de aquella comida de verano. El vino con casera, ya sin gas, las migas de pan sobre el mantel de tela a cuadros rojos, y los platos apilados aún con olor a café. La tarde azul, con una suave brisa olor a salitre, y la sensación antónima de tu ausencia. La sobremesa más amarga que hubo probado. El castillo de naipes se desmoronó ante mí. En ese momento sólo fui capaz de fijar mi mirada en el cigarrillo que se consumía lentamente entre mis dedos, y el humo que danzaba agitado al son de sus voces. Tomé de un trago lo poco que quedaba del café solo que tenía en la mesa. Carlos, en apariencia de tranquilidad incontenida empezó a apilar los platos con ligera violencia. Y Claudia, con su última sentencia provocó que algo se rompiera. El grito de furia ahogado terminó con un portazo tan esperado que no produjo ninguna otra sensación que la del silencio, como el de después de una tormenta de estío. Encendí otro cigarrillo y a grandes caladas me tragué los malos humos esperando a que el ambiente recuperara la serenidad de la hora de la siesta. Al estrellar el cenicero contra el cigarrillo, me levanté, me despedí de Carlos y salí por la misma puerta en la que lo había hecho anteriormente Claudia. Dejando atrás el caos de un orden recientemente alterado y algunos platos rotos que recoger, o en el mejor de los casos, que arreglar.

16 de agosto de 2010

15 de agosto de 2010

El experimento

Hizo el experimento:
Sacó la mano por la ventana y soltó la pluma. Grácil, se mantuvo en el aire pareciendo que caía al principio hacia un final predecible, y al pronto se alzó, se elevó y avanzó. La observó esperando que cayera inerte sobre el suelo de la calle o hasta que alguien le diera por manotearla. Pero no fue así, siguió su nueva libertad, llegó a la esquina y la volteó desapareciendo de su memoria.

Se quedó pensativo. El experimento le daba la razón. Los pájaros no podían volar, eran las plumas quienes volaban. Ahora se preguntaba, ¿cómo iba a dar a conocer la noticia al mundo?

11 de agosto de 2010

¿Quién es?


Es BATMAN!

10 de agosto de 2010

Huele a nuevo

Las páginas se abrieron ante él. Y antes de que empezara a leer lo que en ellas había, el olor, se apoderó del recuerdo. Se encontraba frente a un libro de último curso de primaria. Tenía doce años. Por aquel entonces la segunda jornada de escuela empezaba a las tres de la tarde, se hacía sentir el bochorno de mediados de septiembre. La hora de la siesta. Las persianas estaban semicerradas y todos en el aula en silencio, casi sepulcral, haciendo la lectura. Era el primer día de clase. Los libros estaban recién forrados y de fondo se oía como alguien jugaba con las burbujas de torpeza de algún padre. El aula había sido invadida por ese olor que a muchos no les gusta, y que en cambio a él le fascinaba, era ese olor a nuevo que se apoderó de todas las tardes de su infancia. Cada nueva lección venía precedida con el aroma del conocimiento. Con el tiempo se gestó en él la idea de que ésa era la verdadera esencia del saber. Y ni las peleas, ni palizas, ni tan siquiera castigos o los miedos de no tener la tarea realizada le podían arrebatar esa sensación placentera.

Un golpe suave pero certero en la nuca lo volvió en sí, abstrayéndolo de su recuerdo. Era ella, con su clásica introducción a su beso. “¡Despistado! Te veo a la noche”, y ella, tal como vino, se fue, cerrando la puerta con suavidad.

Por un instante se perdió en su vacío particular, y enseguida, impulsado se centró en las hojas que tenía en frente dispuesto a sumergirse en aquellas páginas que esperaba que reposaran algún saber desconocido. Cuando se quiso dar cuenta, las páginas que tenía frente a él, se encontraban todas en blanco. Estaba frente a una lección a la que jamás se hubiera imaginado enfrentar…

1 de agosto de 2010

¿Hacia dónde vamos?

¿Hacia dónde vamos?
Exhausto de la batalla, cansado, torna sobre sus propios pasos en un manto de melancolía. Pues sabe que hoy asesinó al futuro por proteger al pasado. Hoy se pregunta si su sacrificio sirvió de algo.

Con esta imagen y texto que ayuda a contextualizar un poco, participaré en una exposición colectiva en el Seattle Center en EEUU allá por Noviembre de este año. Espero que cuando tenga fotos del evento en sí las pueda subir. Por el momento la ilustración ya va de camino para allá.
Hacía cosa de unos tres meses que no ilustraba y ya empezaba a preocuparme, por suerte
me surgió la oportunidad con esta organizadora, que por cierto se llama "La muerte ilustrada", y no la quise dejar escapar. No fue fácil hacer una ilustración sobre el bicentenario mexicano sin centrarse en su historia negra (de antes que les conquistaran los españoles, debo añadir). Pero creo que supe llevarlo a buen puerto después de todo, os invito a la reflexión a todos aquellos que celebran su aniversario doscientos, y decidáis hacia dónde vamos...