Maniquí de Venus
Entre ruido de tinacos camuflados y rojiblancas azoteas, me deslumbras con sutileza al surcar mi mirada sobre las extrañas ventanas que me guarecen. Y ahí es donde te descubro, mi maniquí de Venus; tanta imperfección te convierte en perfecta.
Es por ello que es aquí donde te dejo mis ojos para cuando la criticada imperfección de la que gozas te sea cuestionada y te abata, tu perfección es envidiada. Esperando que éstos te recuerden que siempre serás perfecta sin importar otros ojos más que los míos, que son sinceros.
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