Días grises
Tomar aire fresco, refresca. A menos si quieres refrescarte. Y aunque luego no queramos, viene el mal tiempo, y como no, nos REmojamos. Al menos se nos aclaran las ideas, y sino como mínimo el pelo. Aunque yo me río, por que no me cuido mucho el pelo, pero pobre de aquel que salga un día de casa con su gominita bien puesta y le caiga un chaparrón encima. O la que se seca el pelo con el secador. Ya se cuidará de coger el paraguas, y ante eso, el viento. Si es que luego y después de todo, cuando nos pasan cosas de éstas todo lo demás son tonterías. Nos olvidamos de la discusión con la pareja, la bronca con tu padre porque eres un o una irresponsable (hecho que lo evidencia aún más) o de cualquier cosa que no está por encima de tu cabeza.
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