13 de febrero de 2006

aSpiracion

Los cabellos yacían otantes
sobre la hierba. Verde, fresca,
reconfortante. Un fuerte viento
del norte le limpió el corazón,
y le desveló. Abrió los ojos, y
sonrió. Pensó, y volvió a sonreír.
El cielo, azul celeste. Nubes,
esponjosas, altas, bajas, gruesas.
Sonríe. Con las manos planas
juega con la verde, fresca y
reconfortante hierba. Arranca
una plantita y se la echa a la
boca. Inspira...
Suspira...(y el viento frío del
norte, también sopló)
Tararea algo inaudible-sonríe-.
Pradera verde de verdes prados,
descanso de ángeles y caminantes.
Manto de cordura,
bálsamo de la tortura. Lejos tus
prados están, pero algún día los
podré alcanzar, y entonces con
mis sueños, al menos cinco
minutos podré descansar.

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