sAmpler
Las resonancias que rebotan en mi cabeza mientras escucho música me distancian de la realidad. Taciturno entre este mundo y el mío, aquel en donde soy yo, y nunca soy más que eso. Al ritmo en que las ondas rítmicas vuelven y van por mi bóveda encefálica, mi pensamiento se diluye, se convierte en materia etérea, liviano, ágil, manso. Y apaciguado me dejo caer. Caigo. Caí. Y estático sigo con una vida muerta.
Acabo de ver tu mensaje en mi blog.
ResponderEliminarYo me he paseado un poco por el tuyo y auqnue no lo he leído enterito, me gusta!
Lo del miedo es´tá muy pero que muy bien! Quizás sea pq me viene, desgraciadamente, como anillo al dedo.
Parece curioso como uno puede llegar a identificarse tantísimo con un texto que ni siquiera él mismo escribió.
Me seguiré pasando por tu blog, saludos!