Tributo a la ciudad II
Estatuas vivas. Latiendo sin movimiento. Invisibles ante los habitantes de las urbes. Ocultos y furtivos dan vida a los rincones olvidados, descartados. Son sombras sus habitantes. Son detonadores. Son la esencia olvidada del amor, que en cualquier momento y sin avisar encienden el autentico corazón de la ciudad; el que palpita generando cambios, produciendo una evolución. El que da sentido a la ciudad. Alguna vez serán descubiertos, otras en cambio seguirán en su ritual sin percibir el degenerado bien que hacen humanizando la grisácea piel de esta ciudad.
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