20 de febrero de 2020

Nómada

La oscuridad se convierte a veces en una sala de cine. Clava los ojos en un punto muerto y escenas se proyectan desde ahí. Un mapa de momentos, situaciones y anécdotas empiezan a proyectarse en exclusiva para uno mismo.

Las sábanas frías enfrían aún más los dedos de los pies, e insensibles y rápidos se encuentran con los míos. Se enfrían juntos, hasta que tus pies te calman y se duermen junto a los míos. 

Voltea la mirada y otra más se muestra. Salta y continúa.

El estrés siempre nos sobrevuela como un zopilote hambriento. A veces te picotea a ti y otras a mí. Entonces cualquiera de los dos huye despavorido hacia los brazos del otro, y sobre su regazo nos sentamos y nos abrazamos, respiramos juntos y nos repetimos con complicidad: “Todo va a ir bien”.

Sin darse cuenta se ve convertido en un nómada de los recuerdos, ningún momento es eterno, pero todos se quedan guardados en la memoria, si son valiosos.

Nos gustan nuestros labios, a veces se nos agrietan por no usarlos lo suficiente. Pero en ocasiones, una mirada, una sonrisa y te planto un Spiderman. Despacio, tierno y algo más... con un final lento y cálido. Luego nos distanciamos y una sonrisa se queda. 

Saltando de uno a otro, tan solo guiado por su corazón. Parpadea, palpita, parpadea, y cambia.

El hambre es siempre una razón más que suficiente para ponernos a cocinar. Tú tienes más sazón y yo más pinche. Tú te paseas olfateando y llevando de aquí para allá los ingredientes, mientras que yo termino de cortar las verduras y continúo limpiando los trastes colocándolos de allí para acá. Entre tus idas y venidas, me descuido y me pellizcas de forma traviesa. Brinco y cuando me coloco nuevamente, me besas y me mordisqueas la nariz. Te ríes y vuelves a poner tu nariz en la cocina añadiendo una pizca de sal.

El nómada se desliza entre recuerdos, nunca a un tiempo fijo, a veces minutos y en otras ocasiones horas. Y mientras se escurre entre recuerdos y tiempo, sus ojos se van cerrando. Hasta que unas lágrimas nacen de sus ojos cerrándolos, surcando por sus mejillas y llevándolo a otros lugares igual de mágicos.

No hay comentarios :

Publicar un comentario